lunes, 4 de diciembre de 2023

No hay nada más allá de ese espejo

Y llegó ese día, el que ojalá nunca hubiera llegado. Mi mente se atormentó, ocupó cada pedacito de mí, ya no podía ser una simple ignorante.

Cada comentario, cada mirada que parecía no importarme, me hacía más impotente. En ese instante, todo se cruzó y se creó otra persona en mi interior. Empecé a sentirme más y más pequeña, una niña llena de complejos creados por esa gente que en realidad estaba más rota que yo.

No era capaz de mirarme al espejo y sacar la parte más positiva de mí. Esa voz baja me perseguía, sólo quería soltarla. Acudí al espacio más seguro que tenía, observé el mar sin fin, lleno de lo que podían ser sus defectos, pero que lo hacían único, mágico, unas olas que lo deformaban pero le dejaban fluir.

Miré a esa persona tan oscura que se reflejaba, sabía que aún tenía ese brillo de esperanza en los ojos, solté mi malestar hasta el último aliento, desde dentro de mi corazón. Tan solo puede abrazarme, llegó el momento en el que el amor propio es el más sano y que hasta en lo más profundo de un túnel, se puede ver la luz.

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