Los adultos hoy en día no cuidan de su salud mental. Cuando tienen un problema se lo aguantan dentro hasta que les consume. Se embrutecen. Se lastiman. ¡Qué triste! No saben que se lastran a sí mismos. Con lo fácil que es alzar el vuelo con un poco de humildad. Todo proviene del orgullo. En ocasiones se confunden egoísmo y orgullo. Es bueno ser egoísta. ¿Quién cuidará de uno más que uno mismo? El orgullo va más allá, demasiado más. El orgullo nos separa de los demás. El orgullo establece una diferencia que antes no había entre los demás y nosotros mismos, nunca la hubo. Reconocerse vulnerable asusta y mucho. Exponerse a los ataques del enemigo es una conducta propia de un suicida. ¿O no es así? Quizás sea más propio del suicida el encerrarse en uno mismo desconfiando del mundo. Hay gente mala en el mundo que te convencerá de esto. Negar esto sería una locura y más aún tratar de vivir como si el mal no existiese entre nosotros, como si no existiese en nosotros. Únicamente depende de ti. Nadie más vendrá a ayudarte. El primer paso debes darlo solo. ¿Te atreves?
Blog con los relatos presentados al concurso convocado por la Plataforma “Salud Mental y Cultura”, integrada por la Unidad de Salud Mental Comunitaria del Hospital de Los Arcos-Mar Menor, las concejalías de cultura de los municipios de Los Alcázares, San Javier, San Pedro del Pinatar y Torre Pacheco, las asociaciones AFEMAR, AIKE Mar Menor y LAEC, y la Fundación entorno Slow-Proyecto Neurocultura de Torrepacheco.
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