jueves, 26 de octubre de 2023

Sanar

Patricia se sentía lejos del diván y cerca de la muerte. Las pérdidas físicas de familiares, el distanciamiento con su hijo y un tratamiento oncológico parecían anunciar la intención dónde el miedo y la desesperanza eran protagonistas de su vida. Una tarde de verano camino de regreso a su casa después del trabajo, su motocicleta se detuvo frente al edificio del cementerio. La visión negativa y el desorden emocional estaban a flor de piel. Mientras un contingente de personas descendían de un micro, Patricia permanecía paralizada e inmutable, solo atravesada por sus pensamientos suicidas. Hasta que un hombre mayor y de barba blanca la tomó de la mano, le ofreció un trago de agua de su botella y mirándole a los ojos como si fuese un conocedor del alma humana, le expresó:-Todos hemos sufrido desengaños y pérdidas. No permitas que ello oculte tu sencillez y bondad. Enciende tu motocicleta y ve a ese lugar dónde cientos de niños esperan su merienda. Una simple afirmación, sin ningún motivo científico que hizo de efecto placebo en ella la conectó con la vida. Observar, escuchar, empatizar y ayudar, porque si estás vivo tu misión en la tierra no ha concluido.

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