En lo más oscuro de nuestras vidas, cuando las sombras de la desesperación amenazan con apoderarse de nosotros, descubrimos que los héroes no siempre llevan capas o escudos relucientes. A veces, son personas comunes, amigos y familiares que, sin saberlo, se convierten en los guardianes de nuestra salud mental y previenen la amenaza del suicidio. Cuando nos encontramos perdidos en un mar de pensamientos negativos. Nuestra mente se vuelve un torbellino de tristeza y ansiedad, y nos cuesta encontrar una razón para levantarnos cada mañana. Pero, como un faro en medio de la tormenta, alguien extiende su mano. A veces es una persona cualquiera que, sin juzgar, nos escucha durante horas y con sus palabras y comprensión, nos hace ver que no estamos solos en esta lucha.
Hoy, a medida que miramos atrás, vemos como héroes de esos anónimos, que nadie conoce, cambiaron nuestras vidas. Su apoyo inquebrantable nos salvó de las profundidades de la desesperación. A través de su amor y cuidado, nos demostraron que la vida puede ser hermosa, incluso en los momentos más oscuros.
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