sábado, 21 de marzo de 2020

Yo lo vivo


Cómo saber si tienes problemas de salud mental:

¿Se nace, es provocada por algún detonante, se puede evitar?

Todas estas preguntas me las he hecho al largo de mi vida.

Tía Rosa (la hermana de mi padre), a la que mirábamos pero no la veíamos. No se comentaba el porqué ella era diferente, el porqué de su mirada perdida. No se hablaba de ella solo se la alimentaba y de vez en cuando se la bañaba. Tenía pavor al agua, aunque después del aseo quedaba tan feliz que daba las gracias una y otra vez. En una de mis visitas a mi madre note que Rosita se sacaba un diente y se lo volvía a colocar, asustada más que preocupada por ella, la llevé al dentista. – "No hay nada para hacer – fue todo lo que dijo– ese incisivo, hace mucho se le murió, esta sostenido por el sarro·"

La vida me llevó por muchos caminos, por lo que estoy agradecida, tendría yo mis 34 años más o menos cuando un medico chino me preguntó si yo sabía de lo que sufría. La cara de tonta que debo haber puesto debe haber sorprendido al galeno quien enfático dictaminó –Sufres de depresión mayor.– Desde ese momento para bien o para mal tomo "Fluoxetina". Este antidepresivo lo sacó al mercado, con muchas controversias el laboratorio americano Lilly, con el nombre de Prozac. Yo lo apodo con cariño mi "bastón," lo tomo cuando lo necesito. Han pasado ya treinta años desde que nos conocimos y solo por un período de cinco pude prescindir de su compañía.

Recuerdo temprano en mi juventud las diferentes y simples cosas que me paralizaban:

Llegaba el ómnibus que estaba esperando y lo dejaba pasar, antes de acceder a un lugar determinado debía pasar primero por la puerta para después regresar y entrar. Siempre me sentía inferior a los demás, a veces pensaba que si dejaba de respirar tal vez era mejor para los demás. No sonreía naturalmente, solo de manera forzada. Me era difícil continuar una tarea por mucho tiempo. Aprendí a desarrollar mi voluntad para continuar como mínimo tres meses cada actividad. Ojeras oscuras siempre acompañan mi rostro. Siempre supe que soy diferente.

Tengo dos adorados hijos, uno es bi-polar y para apalear su situación desde muy joven recurrió a las drogas llamadas "ilegales". El otro en setiembre del 2001, cuando cayeron las torres gemelas en New York, estuvo entre los primeros socorristas prestando ayuda por diez días; en diciembre comenzó a sentir los primeros síntomas de persecución. Tuvo que ser tratado con micro narcosis, y medicarse por el resto de su vida para poder ganarle a la esquizofrenia.

Por lo mucho que he vivido te digo: nunca te subestimes, siempre se sale con la ayuda adecuada.


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