jueves, 12 de marzo de 2020

Creadora

Recuerdo el día que nos alejamos.

La ultima vez que te vi, estábamos dormidas una al lado de la otra, éramos tan pequeñas.

Sentí que me sacudían, abrí los ojos, eran papá y mamá, me vistieron y me llevaron con ellos en automóvil.

Estaba en un lugar diferente a casa, paso el tiempo y mi familia no venía por mí.

Seguía sin entender lo que había pasado, ¿acaso hice algo malo? había muchas personas a mi alrededor, pero nadie me explicaba nada.

Después de un tiempo, me llevaron a otro sitio nuevo.

Pasaron días, meses, años y el tiempo transcurrió, llevaba la cuenta.

Entristecí, me sentía tan sola, no percibía los sonidos ni las palabras.

No podía hablar, no aprendí a comunicarme, tenía síndrome de down y era sordomuda.

Estaba y me sentía sola, a veces, molesta.

Un día, llego alguien nuevo al taller, una mujer, me entrego en las manos materiales para trabajar, me sonrió, me hizo muecas, me hizo reír.

Comencé a trabajar de inmediato.

Inicie capturando objetos con hilos coloridos, a recolectar materiales y cubrirlos.

Cree formas que fueron creciendo poco a poco, tejía telarañas, redes que se transformaban en formas abstractas.

Usaba cosas sobre mi cabeza, turbantes, telas, sombreros y collares largos en el cuello.

Comenzaron a llamarme ¨la mujer araña¨, creaba incansablemente, con lo que tenía a la mano.

Tu volviste, conocí a tu familia, a tus hijos, fuimos tan felices, los amaba.

Lo que creaba con mis manos llamaba la atención, comenzaron a exponer lo que realizaba, me grababan en videos, me tomaban fotografías.

Fuimos tan felices, hermana, y ahora tengo que irme.

Nos volveremos a encontrar, recuerda que los amo.



Atte.

Judith Scott

Hermana y Artista

(1943-2005)


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