martes, 19 de abril de 2022

Niña

Nunca pensé que a mis 72 años me sentiría otra vez tan insegura, pequeña y asustada como una niña.
"Niña", así me llamabas. Porque cuando empezamos de novios éramos solo dos niños.

Quién me lo iba a decir que te irías tú primero.

Tú que eras el fuerte.

El que casi no dormía.

El que nunca iba al médico.

El que no tomaba ni media pastilla.

En cambio, yo era la enfermiza.

La de los dolores continuos.

La de las migrañas.

La especialista en especialistas.

Y mírame. Aquí sigo.

Me has dejado más sola que la una y con toda la vida empantanada, niño.

Otro día más que empieza. Aquí estoy: ya entra luz por la ventana. Miro al techo. Escucho la radio.

A ver qué no me duele hoy: dichosa artrosis. Se me están poniendo las manos como las de mi padre: huesudas, sarmentosas y con manchas.

Otro día más y ninguna energía para afrontarlo.

Que vaya al médico, me dice la hija, a que me mande lo que sea. No sabe que lo que tengo no se cura con más pastillas.

Venga, en marcha: tengo que ir a comprar para comer, por si viene el hijo pequeño. Ayer al final no vino y ahí quedó la comida hecha. Es lo malo: yo la preparo para los dos sin saber nunca si vendrá o no.

El mediano también pasó ayer a verme por la noche. Ya tarde. Cuando termina el pobre, con todo lo que tiene encima.

No nos salieron malos los tres: algo haríamos bien. Aunque, mira que te digo, que tú nunca estabas: siempre trabajando o durmiendo de día para trabajar de noche.

¡Cuánto trabajamos! Aunque ahora veo que no era solo necesidad, era una forma de vida. Era tu forma de vida.

Menos mal que te jubilaste antes y te dio tiempo a disfrutar un poco de lo conseguido. ¡Qué bien lo pasamos en aquel crucero con los amigos!

Después llegó la voraz enfermedad y no te dio tregua. No lo quisimos ver, entre las peleas y discusiones cotidianas.

Pero te ibas yendo poco a poco. Sin molestar a nadie. Sin hacer ningún ruido.

Así que aquí estoy, niño.

Creo que hoy me traen a las nietas después de la escuela y antes de sus clases. A ver si me animo un poco. Que no me vean así.

Voy a preparar café, a ver si consigo ponerme en marcha.

Uff, que día más largo por delante, niño.

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