martes, 29 de marzo de 2022

El despertar estaba cerca

Sólo quiero decirte, que igual que yo, todos podemos superar los malos momentos. Ahora sé quién soy, he conseguido unir todas las piezas, todo ha cobrado sentido. Dentro de mí, siempre hubo una sensación de saberme distinta a los demás, de no encajar muy bien en el mundo, como de no saber qué era lo que necesitaba, cuál mi propósito, lo que había venido a realizar en la vida. Siempre me cortaron las alas y nunca volé alto. Mi luz interior, yo misma, nunca brilló lo suficiente… pero el despertar estaba muy cerca. Desde niña, todo me llamaba la atención, lo sentía todo muy intensamente, como si mis sentidos estuvieran más desarrollados que los de los demás.

Mi subconsciente lo captaba todo sin darme cuenta y las creencias inculcadas por los que me rodeaban se incrustaban en mi ser. Ahora me doy cuenta de que siempre me gustó escribir. Pero ¿por qué ese deseo permaneció siempre reprimido, olvidado, apagado aparentando que no tenía necesidad de escribir? Porque era una necesidad no expresada, no identificada, no del todo desarrollada…

Necesitaba ratos de soledad para desconectar de la realidad, ahora comprendo que mi cerebro se saturaba de tanta información recibida a lo largo del día.

Nunca tuve metas claras, me costaba muchísimo tomar decisiones por miedo sobre todo a defraudar a los demás. No había sido nunca yo misma por agradar, por sentirme querida, aceptada, valorada…Y había ido creando el personaje que inventa toda persona que permanece dormida, que no despierta nunca y muere en ese estado. Porque las personas dormidas representan un papel durante toda su existencia, no son conscientes de ello y pasan por la vida de puntillas, sin apoyar totalmente los pies en el suelo, no dejando a sus sentidos libertad para disfrutar de la belleza y bondad del mundo.

Lo que nunca advertí fue que las casualidades no son tales, sino que vamos creando nuestro propio destino. Acababa de descubrir que existen las sincronías, las señales, tan sólo para ayudarnos a seguir nuestro propio camino.

Cada vez estaba más cerca el momento de mi despertar, de mi renacer como una mujer totalmente distinta con verdadera fuerza. Todo estaba en mi interior, tenía que sacarlo de alguna forma.

Sabiendo esto, me hacía tantas preguntas… y me cuestionaba quién elegía a las personas que habían llegado a mi vida, si yo misma o era guiada por una divinidad que siempre supo cuál era mi misión. No ha habido un solo día que no escribiese algo, que no plasmara palabras en papel.

La revelación que hallé solo fue la convicción de lo que ya sabía, que nos podemos convertir en lo que deseamos y ello nos ayuda enormemente a superar duelos por pérdidas que nos hacen sangrar por dentro. Escribe, querida amiga, verás como a ti también te ayuda. Tan sólo deja hablar a tu corazón, tienes que: "creer para ver".

 

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